Lo que más molesta a los demás de Leo es sin duda ese brillo natural que tiene o que a veces trata de forzar tanto. Sí, Leo es una persona que sabe cómo llamar la atención de los demás. A veces todo es tan “buen rollo” con ellos que termina empalagando un poco. A pesar de que sus convicciones son fuertes y de que tiene un orgullo extremo, le gusta crear ambientes distendidos y alegres. Y eso, no parece gustarle a todo el mundo.
Además, es una persona que muchas veces se cree dueña de la verdad universal. Y a menudo necesitará a alguien que le baje de la nube y le diga que no lleva razón. Para algunos, esa cualidad puede parecer fascinante pero para otros puede llegar a ser algo insoportable.
Leo es una persona muy presumida. Le encanta sentirse bien, verse bien y trata de cuidar a su amor propio por encima de todo (aunque no siempre lo consiga). Además, le encanta enseñarle a los demás TODO lo que tiene y alardear de lo que ha conseguido.
La mayoría de las veces sólo lo hace de buena fe o para darle en la cara a esos que no confiaron en que sería capaz de conseguirlo. Pero no para fardar. Lo que pasa es que, está bien mostrar siempre el lado bueno de todo pero cuando una persona no está pasando por un buen momento, puede que esto no sea lo más adecuado.
A veces, Leo parece que actúa así sólo por llamar la atención y levantar miradas y no se da cuenta de que, en ocasiones, lo mejor es callarse y prestar atención a quien lo necesita. Pero Leo es mucho Leo, y necesita ser el centro de atención en casi todo lo que hace y quiere ser el líder y llevar las riendas de todo. Y eso puede que lo haga sin querer pero que molesta, MUCHO, al resto.