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¿Pensamientos negativos Leo? Pues sí. Aunque parezca increíble que los tenga, los tiene. Como que el sol sale todos los días. Igual de cierto. Cuesta creerlo y es normal por la fuerza y el carácter que Leo siempre demuestra. Porque todos le vemos siempre en público impecable, optimista, positivo… Leo nos gusta precisamente por todo eso y por la confianza que demuestra para casi todo. Más que mucha gente que aunque lo sean, nunca parecen tan seguros de todo como Leo.
Ahora, lo que vamos a ver es que aunque Leo sea seguro, demuestre confianza y tenga claro que está donde está porque quiere, también tiene sus momentos de todo lo contrario, coronados por unos pensamientos negativos que le crean mucha impotencia. A él, que siempre puede con todo y que tira hacia adelante así se hunda el mundo. De la ofuscación, a la impotencia, a la frustración y… ¡welcome pensamientos negativos!
Aquí les tenemos, vivitos y coleando en un signo que cualquiera lo diría. Sentimos decirlo pero Leo es, en muchas situaciones, como el resto de los mortales. Y tiene pensamientos negativos producto de un cúmulo de cosas, y les pasa como a todos nos pasa, que a veces las cosas no salen como queremos, y nos caemos con todo el equipo. En el caso de Leo el recorrido hasta la zona oscura puede ser por todas esas veces en las que tiene que reconocer que no alarga la mano y consigue lo que quiere tan fácilmente; todo lo contrario, su trabajo le cuesta aunque trate de aparentar lo contrario. Por todas esas veces en las que tiene que reconocer que controla menos de lo que aparenta; por todas esas veces en las que tiene que reconocer que su impaciencia le lleva a cometer errores. El resultado es que Leo se frustra al tener que reconocer sus fallos (que los tiene como todo el mundo, pero le cuesta reconocerlos) y que no es tan positivo y optimista como parece. O cuando pelea porque las cosas salgan bien con alguien e incluso llegue a arrastrarse cuando sabe de sobra que no debe hacerlo. De todo este maremágnum interno Leo acabo entrando en fase negativa.
Veamos ahora cómo machacar estos pensamientos negativos. Leo, si has ido tomando nota de lo que te hemos dicho hasta aquí, y estás de acuerdo, apúntate un tanto porque estás en el camino de vuelta para imponerte a la negatividad. Si reconoces de verdad, con la mano en el corazón, que por muy rey de la selva que seas tienes tus defectos, ni te imaginas el bien que te haces reconociendo algo así. Es cierto que eres alguien especial, con un carisma que se nota y deja huella, pero también, como todos los dioses, tienes los pies de barro. Lo asumes, ¿verdad?
Queda claro entonces, Leo, que si asumes todo eso y alguna cosilla más, estarás subiendo de nuevo a la superficie. Si también reconoces que te cuesta conseguir las cosas como a todo el mundo; que no todo el mundo gira alrededor de ti; que el mundo seguirá girando aunque tú no estés; y que debes ser responsable de tus errores, madurarás. Pero madurarás a lo bestia. Te harás fuerte de verdad, no sólo en apariencia o a ratos. Y tu mayor fortaleza estará en no querer controlar la vida, las situaciones y a los demás, sino en fluir con todo ello, en dejar ir cuando debas hacerlo, en echar de tu vida a personas que no te hacen ser feliz. Y parte de tu fortaleza también te llegará precisamente por no querer controlar esos pensamientos negativos. Que lleguen, no pasa nada. Ya se irán. Ese es el secreto, que quizás puedas controlar los pensamientos negativos dejándolos fluir, no queriéndolos controlar.
Leo, si hasta ahora muchos pensamientos negativos han tenido hueco en tu interior ha sido porque tú les ha dejado. Porque tenías la guardia baja, porque creías que controlabas todo y no era así, porque te habías ofuscado al no tener lo que quieres. Pero mira, quizás no puedas controlar la realidad pero sí que puedes controlar la forma en que la percibes. Y esto te dará mucho poder y fuerza. Observa las señales que te llegan y deja que tus emociones les respondan de forma más productiva. Cambia tu perspectiva de las situaciones, deja que fluyan y contrólalas desde la renuncia a controlarlas.
Tu verdadero control de todo llegará cuando dejes de querer controlar. Tu fuerza está dentro de ti Leo. Y en cuanto la dejes salir en vez de taparla con tu frustración, volverá a salir. Y volverás a ser ese Leo al que todos envidiamos y admiramos. Siempre.
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