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Te crees que nadie te comprende porque tienes un corazón de oro Piscis. Porque en él, guardas muchísimos sentimientos, mucho más que nadie y hay veces, que te piensas que los demás no van más que a atacarte y a hacerte daño. ¿Por qué te sucede esto? Porque lo han hecho. Han jugado contigo. Han querido aprovecharse de tu buena onda y han lastimado tú confianza infinidad de veces. Porque no tienes malicia y das segundas oportunidades. Porque crees en el lado bueno de las personas y te gusta ser así.
A tu lado, no quieres amistades que se reduzcan a míseros mensajes de texto. A tu lado, quieres apoyo emocional de carne y hueso.
Quieres a gente que se preocupe por ti y que dé la cara cuando más lo necesites. Es lo mismo, porque tú harías lo mismo sin pensártelo dos veces Piscis. Pero hay que aceptar que no todo el mundo es igual, y que las personas pueden cambiar más que el tiempo. Lo que no debes de aceptar ni ahora ni nunca Piscis, es el hecho de poder llegar a ser una segunda opción. Ser el plan B de alguien no debería de estar dentro de nuestras prioridades, y dentro de las tuyas menos pececito. Que sí, que sabemos que tu carácter tampoco es que sea muy fácil.
Eres una especie de montaña rusa que aparenta ser muy calmadita por fuera, pero que luego es una auténtica bomba de relojería por dentro.
No eres fácil de entender, no eres fácil de llevar y mucho menos, eres fácil de superar. Quien no quiera aceptar todo esto, puerta. Quien no sepa canalizar tu luz, fuera. Punto y final Piscis, porque lo que no debes de hacer ni ahora ni nunca, es pensar que nadie te quiere por ser quien eres. Si alguna vez has te has avergonzado por tu personalidad, que sea la última, porque vales muchísimo más que nadie. Que las experiencias del pasado no te nublen la coherencia del presente Piscis, porque te mereces sonreír mucho más. Ahora y siempre.
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