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Lágrimas, heridas abiertas, dolor insoportable… sabes perfectamente el significado y el poder que pueden tener estas palabras en ti Cáncer, porque has tenido que enfrentarte a ellas en muchas ocasiones. Cuando pases por una mala racha, en vez de quedarte en casa o en cualquier otro lugar en soledad, debes de ir con los tuyos. Debes de refugiarte en tu familia Cáncer, porque solo ellos saben lo qué hacer. Solo ellos tienen la clave de volverte a reflotar de nuevo sin el corazón partido.
A lo largo de la vida vas madurando mucho Cáncer, pero tu corazón no va al mismo ritmo que el resto de tu cuerpo.
Tu corazón se suele quedar estancado en esa época de niñez feliz, se queda en los mejores momentos, cuando las preocupaciones no eran otras que las de amar y ser querido. Tu corazón no quiere hacerse grande, no quiere crecer, no quiere envejecer y eso es bueno. Es inocencia bueno porque así conserva la misma y energía que un niño. Pero por otra parte puede ser tu pequeña perdición. Si tu corazón no madura lo suficiente, no está del todo preparado para hacer frente a la mierda de cobardes que siempre aparecen para dañarte en el momento más inoportuno. Así que, cuando quieras sanar ese tesoro que forma parte de ti Cáncer, no recurras a locura ni a los gritos. Tampoco a las escenas dramáticas ni a nada que tenga que ver con perder los pocos nervios que te quedan.
Cuando quieras cuidar y sanar a tu corazón, vete con las personas que sabes que te ponen los pies en la tierra. Vete con tu familia, con la que naces o a la que eliges y deja que sean ellos los que te mimen, te cuiden y te valoren como te mereces. Deja que sean ellos los que te protejan Cáncer. Deja que adopten tu papel por un momento. Tu luz volverá brillar de nuevo cuando dejes de echar la vista a atrás y te dejes mimar de verdad.
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