El joven Acuario es un rebelde sin causa. Le da igual todo y va en contra de cualquier autoridad sin motivo alguno. No le gusta que le pongan cadenas ni que le manden y le da igual absolutamente todo. El Acuario joven es el claro ejemplo de adolescente. Es esa persona que le encanta el riesgo, que pasa y que se ríe de todo. No le importa lo que le digan los demás e incluso hace cosas solo para llamar la atención. Este Acuario huye de cualquier compromiso e incluso huye de cualquier tipo de responsabilidad. Prefiere vivir la vida como él/ella quiere, antes de que le digan lo que tiene que hacer. No le tiene miedo a nada y por eso se arriesga a cualquier cosa, aunque luego vaya a salir herido.
El Acuario maduro ha aprendido a controlar esa rebeldía, pero no ha perdido su esencia. La esencia de un este signo de aire es ser rebelde y no seguir las reglas. Pero ahora tiene un claro propósito y tiene claro a lo que ha venido a la vida.
Es rebelde, pero por un motivo, no solo por romper lo establecido. Ha sentado su cabeza y ahora asume las responsabilidades que tiene que asumir. Como sabe que lo suyo no es ser responsable, lo hace lo mejor posible para no arruinar nada. Su propósito en la vida es ser feliz y disfrutar siendo quién es, por eso no va a permitir que nadie le arruine la vida.
Al igual que a otros signos si que les importan las opiniones de los demás, a Acuario le da absolutamente igual lo que digan los demás. Es feliz siendo quien es y eso lo ha aprendido con el tiempo. Antes si que le afectaban bastante las opiniones, pero ahora se ha dado cuenta de que no vale amargarse por culpa de los demás. Acuario ha aprendido a vivir su vida y no la de los demás. Aunque por mucho que madure, Acuario va a seguir siendo el eterno adolescente.