Si de verdad deseas hacer feliz a Virgo, lo único que debes de hacer es entenderle y aceptarle tal y como es. A Virgo le hace muy feliz saber que alguien está pasando tiempo para tratar de entenderle. Le hace sentir que de verdad le aprecian y que están gastando el tiempo, que es lo más valioso, en tratar de entenderle. A Virgo le gusta sentirse querido. Ama conectar con los demás, pero siempre desde una perspectiva crítica, sin dramas.
A diferencia de otros signos, a Virgo no le importa convivir con la rutina, de hecho, le es súper necesaria para no perder los papeles. O la cabeza. Es una persona que tiene bastante amueblada su cabeza y tiene unas manías que son complicadas de cambiar. Le gusta sentir que todo sigue un orden y que todo está bajo control, que nada se va a salir de esos límites.
A Virgo le encanta planear toda su vida. Le asusta que algo pueda salir mal por no haberlo organizado bien antes. Cuando está metido en faena, lo único que quiere es que todo salga perfecto. Que todo salga tal y como lo plasmó previamente en su mente. Y es que cuando algo sale así de verdad Virgo es feliz, pero no es feliz porque todo haya salido bien, es feliz porque todo salió tal y como Virgo quería.
También, a Virgo le invade de felicidad cuando encuentra a esa persona que se muestra tal y como es. Que no miente y que no oculta nada. Y que además, muestra tanto sus defectos como sus virtudes. Esa persona que tiene bien claro lo que ha venido a hacer a la vida pero que también tiene claro que no es perfecto. Será esa persona la que se gane la total confianza de Virgo. Porque le encanta que la gente se muestre fiel y real y que no oculte nunca su peor parte. Virgo aprecia muchísimo la sinceridad, más que cualquier cosa en la vida. Por eso, querrá mantener a esa persona cerca, como lo que sea. Encontrarse con gente así le hace feliz.