Lo que más molesta de Aries es su impulsividad, sus ganas siempre de querer llevar la razón a toda costa, incluso cuando sabe que se está equivocando, lo inflexible que muchas veces es cuando algo no le interesa. Es verdad que Aries no suele ser una persona rencorosa, tiene demasiadas cosas en las que pensar y mucha vida por vivir antes de pasársela amargada/o por algo que ya sucedió. Por eso, las broncas con Aries serán intensas pero breves. Al menos por su parte. El punto ahí es cómo te quedas tú. Y seguramente será sin fuerzas al menos durante unas horas.
Aries es intensidad pura y es capaz de absorber mucha energía del resto. Y esa sí es una de las cosas que Aries hace sin querer. No se da cuenta de lo agotador que puede llegar a ser. Además, es muy impaciente, aunque no siempre lo reconozca. Lo quiere todo y lo quiere ya, y eso le hace parecer muchas veces malcriado y engreído. Además, no soporta a la gente que hace las cosas con calma o despacio.
Aries es más de ir rápido, aunque esas cosas a veces, salgan como salgan. Y esa gente que prefiere hacer todo con más calma y pisando sobre seguro no suele contar con Aries para sus proyectos. O al menos no hasta que todo se habla y se llegan a acuerdos firmes. Aries es más de cantidad pero hay personas que prefieren la calidad. Puede cambiar de un momento a otro de misión, de meta en la vida, y eso puede hacerle parecer un poco inestable. El problema es que se aburre con mucha facilidad y necesita motivación constante, si no, pasa a otra cosa.
De lo que más peca alguien como Aries es de hacer las cosas tal y como quiere, sin necesidad de contar con nadie para ello, y de que la consecuencia le dé absolutamente lo mismo. El resto se pone malo.