Para Capricornio, el día de San Valentín tiene que ser la perfección. No le sirve con hacer lo típico no quiere que sea algo más de tantas cenas y planes que todo el mundo hace. Para Capricornio, San Valentín, es la oportunidad idónea para hacer gala de su astucia intuitiva y así, poder sorprender a su media naranja en todos los sentidos. La Cabra no quiere que ese día se reduzca a otro día cualquiera, en el que la importancia máxima, sea ver cuál es el mejor regalo de todos. Así es Capricornio y el día de San Valentín:
No quiere que todo se quede en una bonita cena y una guerra de placer en todos los sentidos después en la habitación a solas. No quiere nada de eso. O bueno, puede que sí. Aparte, sí, pero con muchas diferencias. Una, que sea de corazón. Que sea algo muy especial. Dos, sentir, creer y probar, el verdadero significado de la palabra “confianza” Para Capricornio es esencial. Su otra mitad tiene que ser su caja de secretos mejor cuidada del mundo.
SI Capricornio se siente a gusto, lo da todo. No escatima en gastos. Con total generosidad. Una buena cena, un plan muy exclusivo, una carta donde se plasmen todos los sentimientos que hay en la relación.
Eso es lo que busca Capri en San Valentín. Una señal perfecta que haga que sus dudas imperfectas desaparezcan por completo. Un motivo más, para seguir amando a la persona que tiene en frente. Un esfuerzo para confiar. Con los ojos cerrados. Porque la cabra, sin confianza, no da nada de nada. Ni una cena en la hamburguesería de al lado. Nada es nada. Punto y final. En San Valentín, Capri quiere emociones a flor de piel y sentir, que el verdadero amor, sí que existe.