Ella es inquieta, un alma joven, quiere comerse el mundo, es hiperactiva, y sabe perfectamente que la vida es un cambio constante, que nada es para toda la vida. Ella quiere estar bien siempre, pero eso es algo imposible. Por eso sufre esas crisis de ansiedad nerviosas que le hacen perder el control de sí misma. Ella no entiende por qué el mundo se porta así, no comprende fácilmente por qué actúan como actúan los demás. Y sabe que su vida es complicada también. Sabe que es la primera que tiene dudas, incertidumbre y que a veces no sabe como manejar las situaciones. Pero por eso mismo necesita a veces de los suyos, y no entiende por qué los suyos no siempre están. Ella es Géminis.

Ella tiene un corazón noble. Un corazón que a veces peca de ser indeciso, pero al menos, un buen corazón. Ella quiere que alguien entre en su vida y le enseñe a que todo puede ser sencillo y fácil. Ella quiere querer. Pero quiere que la quieran de la misma manera. Quiere dejar de tener ese miedo a decir sí.

Dicen de ella que es «bipolar», que no sabe lo que quiere, que siempre está de aquí para allá buscando cosas nuevas que hacer. Lo que pocos saben es que muchas veces el mundo se le queda muy pequeño. Y por eso tiene la necesidad de salir, de probar, de marcharse de un lugar para empezar en otro. Y lo hará así, sin decir nada a nadie. Porque ella se va y se va de verdad. Si no hay intensidad o pasión, o si no hay fuego o ganas de aventura, se desanima por completo y su llama se va desvaneciendo.

Ella es inteligente, mucho, y a veces sabe que para evitar algunos dolores debe ser fría y fuerte, aunque por dentro pueda estar temblando. Es Géminis, un enigma que no todo el mundo es capaz de resolver.