El joven Géminis es esa persona que no para de hablar. Le encanta contar sus vivencias al resto de gente y también le encanta que le escuchen y que participen en la conversación. Además, es una persona muy inteligente y necesita compartir su conocimiento con el resto, con los suyos. Le gusta hablar de cualquier cosa, debatir, intercambiar opiniones, pero también le gusta mucho discutir sobre cualquier tema. Si ve que no llega a un acuerdo con otra persona, va a discutir el tiempo que haga falta para ponerse de acuerdo. A Géminis no le falta tiempo para seguir hablando. Pero muchas veces, se pasa de la raya y mucha gente puede tacharle de pesado y también de algo chismoso o cotilla. Porque quiere saber de todo y de cualquier persona.
Cuando tiene algo de confianza, puede llegar a preguntarte sobre cualquier cosa y puede encontrarse con alguien más reservado a la que estás preguntas pueden llegar a sentarle mal.
Cuando Géminis va creciendo y madurando va a seguir siendo igual de hablador, eso es algo que es imposible de cambiar. Pero con el tiempo, aprenderá a medir sus palabras. Se ha dado cuenta que muchas veces menos es más, que no hace falta discutir tanto y que existe la diversidad de opiniones. Que está bien si dos personas no llegan a un acuerdo, siempre que ambas se respeten entre ellas. Géminis ha aprendido a no invadir tanto la privacidad de los demás. Sigue siendo algo cotilla pero ahora solo con la gente con la tiene la suficiente confianza para serlo.
Ha aprendido a valorar mucho más los mensajes que recibe a los mensajes que envía. Ahora ya sabe mucho mejor cómo escuchar a los demás. Ha aprendido a dejar hablar a los demás cuando lo necesitan y a dejar que su voz deje paso a la del resto. Géminis es una persona muy inteligente, pero muchas veces le cuesta asumir sus errores y sus defectos. Pero también es gracias a su inteligencia, la que le permite cambiar y mejorar aquello que sabe que está haciendo mal, la que le hace evolucionar en la vida.