Cuando el mundo se entera que eres Escorpio, se quedan totalmente paralizados. No saben cómo actuar ni como tomarse esa noticia. Muchos te temen, eso ya lo tenías claro, pero otros también aman tu fuerza. Aunque quieras o no, tu fuerza asusta, para bien o para mal. A más de uno le da miedo decirte lo que piensa de ti y por eso, allí donde vas dejas a la gente sin palabras. Cuando se dan cuenta de que eres Escorpio, para ellos empieza un nuevo reto. El reto de saber cómo tratarte porque, Escorpio, esa dureza asusta desde el principio. Lo que piensan de ti cuando descubren que eres Escorpio, muchos prefieren callárselo. Otros salen corriendo porque no saben cómo enfrentarse a ti. Otros se quedan porque tienen ganas de descubrirte de verdad.
Pero es que tú mismo sabes que no eres una persona fácil de conocer. Que te cuesta confiar en los demás y abrirte para que vean cómo eres realmente. Por eso das esa imagen de persona dura. Porque hasta que no coges algo de confianza, te cuesta ser tú. A ti te da igual toda esa gente que no se queda a tu lado cuando se entera de tu signo, porque sabes que se van a perder lo mejor. Sabes que ya tienes suficiente con todo lo que tienes y lo defiendes a capa y espada.
Pero, Escorpio, la gente que se queda a tu lado a pesar de saber tu signo, es aquella que descubre el verdadero tesoro que tienes dentro. Eres una persona que atrae mucho a los demás por esa fuerza y ese magnetismo. Parece que no, pero a ti te gusta caer bien a los demás e irte poco a poco acercando a ellos. Cuando te descubren de verdad, se dan cuenta de que eres una persona muy sentimental y que también te gusta sentirte querido. Que lo entregas todo por la gente que de verdad quieres y que no te importa arriesgarte a cualquier cosa si de eso depende tu felicidad. Escorpio, disfruta siendo quién eres. A quién le guste bien y a quién no también.