Amor, ternura y al mismo tiempo confusión. Los nativos de la Luna en Cáncer son una llamarada de emociones sin límites, de esos que gritan con sus acciones el gran potencial que poseen y no les importan las malas vibras de su alrededor. Por supuesto, su estado de ánimo es una bola de nieve que todos los días crece un poco más. Sin embargo, han aprendido a levantar la mirada en medio de la incertidumbre.
Pese a que se esfuerzan en poner algunas capas, porque hay personas malas que sólo se acercan por conveniencia, al final, su lado maternal siempre termina ganando. Esa energía protectora y hogareña se siente en cada una de sus palabras, pero también los actos de cariño que entregan sin esperar nada a cambio.
Sin duda, los nacidos con la Luna en Cáncer, son seres doblemente transparentes, la honestidad les fluye por cada poro y a menudo se ganan la confianza de todo el que toca a su puerta.
Sin embargo, no siempre pueden tener encendido el botón de la felicidad, también tienen rachas en las que ni ellos mismos saben todo lo que les pasa por la mente y el corazón. Es por eso que se refugian en sí mismos, huyen de quienes no tienen compasión en el alma, saben que ahí saldrán muy lastimados. En el fondo lo único que quieren es paz y tranquilidad.
Los nativos de la Luna en cáncer, son muy sobresalientes por la bondad que dan y jamás lo hacen con el objetivo de ganarse la aprobación del resto. Simplemente, les resulta imposible ignorar el dolor ajeno. Son el tipo de persona que si tienen que salir a luchar por sus seres queridos, lo hacen. En serio, nunca dudes de la lealtad que te ofrecen, porque no suelen defraudar, su palabra es sagrada.
Los cancerianos son más sensibles y atentos, si te prometen que estarán al pie del cañón, lo harán, pase lo que pase. Tienen el don de aferrarse a todo, sus recuerdos, las cosas, las personas, en verdad no les aterra el compromiso, al contrario, son expertos en demostrar lo que significa la familiaridad. A final de cuentas buscan lo que otros también, la felicidad.
La Luna en Cáncer, es sinónimo de un amor profundo, de los que quieren, sin ataduras, de una forma delicada, complaciente y segura. Sin embargo, eso puede ser contraproducente en algunas ocasiones, pues les cuesta confrontar cara a cara, por miedo a que todo lo que han entregado se desmorone en un pestañeo.
Una de las cosas más hechizantes de los cancerianos es su sentido del humor, tan impredecible e intenso, como sus instintos. Hay veces en las que te hacen llorar de tantas carcajadas y otras veces en las que sólo quieren estar con ellos mismos. Te recomiendo que respetes sus lapsos de soledad, porque es muy importante que puedan colocar todo en la balanza para saber si están avanzando por el sitio correcto.
Los nacidos con la Luna en Cáncer necesitan ser tratados de una manera empática, llena de ternura y calidez. Si les das eso, ten la certeza de que no te van a soltar, no son el tipo de personas que huyen cuando más los necesitan.
Sin embargo, su apego es muy saludable, porque se convierten en el confidente que te ayuda a encontrar una luz en medio de tanto caos. No dudes de que tus secretos estarán bien guardados, no les gusta jugar con la vulnerabilidad de otros, porque ya han estado en esa situación y no la han pasado nada bien. Un canceriano te va a cuidar por el resto de tus días, pero depende mucho de cómo tú lo trates.
Finalmente, en cuestiones del corazón realmente son muy determinantes, no están dispuestos a invertir su versión más bonita y sanada, en alguien que ni siquiera es consciente de lo que es el amor propio. Quieren personas que vibren con su misma energía, ya sean familiares, amigos o pareja. De lo contrario, cortan lazos de inmediato.