Los nativos con Luna en Tauro no necesitan presentación, se nota la manera minuciosa en la que se relacionan, son personas que le hacen honor a la familia, no huyen del compromiso, al contrario, buscan satisfacer cada una de sus necesidades. Es bien sabido que la escasez no es bienvenida en su vida y no por falta de humildad, simplemente, confían en lo que pueden ofrecer.
Los nacidos con la Luna en Tauro son la prueba de que todo es mucho más bonito cuando la tranquilidad es la que gobierna. Aman respirar amabilidad y mantenerse en sus propios asuntos. Jamás dudes de su intuición, suele ser muy certera, siempre con los pies en la tierra. De hecho, gozan muchísimo dentro de un espacio seguro y sinceramente la rutina nunca ha sido un problema para ellos, se sienten muy cómodos.
En definitiva, la perseverancia es pieza clave de su éxito, nunca se detienen y están acostumbrados a lidiar con los comentarios negativos e impertinentes de personas que apenas y conocen la mitad de su historia. Además, son muy organizados, no pierden los detalles, siempre con los cinco sentidos por delante. Entre más práctico sea todo, para ellos mejor.
Por otro lado, no minimizan la comodidad, les parece extraño que haya personas que no se sienten seguras y felices. No les gusta obligarse a estar con quienes los llenan de angustia. En ese tipo de casos sí se irritan con facilidad, no van a permitir que nadie venga a su espacio para soltar su caos. De hecho, por eso son el pilar de muchos, pues transmiten paz y protección. Son personas sumamente confiables y huyen de las discusiones públicas, la combinación perfecta para la mayoría de las personas.
Aquellos que tienen la Luna en Tauro, son bastante tímidos. Es decir, las locuras son bien recibidas en sus vidas, pero con límites, no dejan que lleguen y desmoronen todo lo que les ha costado construir en tanto tiempo. A veces, no les queda más que dejarse llevar por las emociones, pero ni siquiera en esos instantes pierden la cordura. Son muchísimo más inteligentes que inseguros.
Sin duda, la estabilidad es parte de sus intereses principales, si alguien no les habla de reglas y un proceso en particular para conseguir un objetivo, no se gana su atención. El tiempo y la energía para ellos son sagrados, no se perdonarían invertirlo en las personas equivocadas. Son comprensivos, pero les encanta lo bueno de la vida y por eso trabajan muy duro.
La Luna en Tauro es la que ayuda a que emanen serenidad. También son personas muy leales, prefieren mil veces tener sólo un par de amigos que involucrarse con gente falsa que lo único que está esperando es que den un mal paso para burlarse de todo lo que han avanzado.
Por otra parte, sus sentimientos no pueden quedar de lado. El hecho de que no sean tan expresivos a la hora de demostrar que alguien les importa, no significa que no sientan ganas de querer compartir su mejor versión. Sencillamente, quieren comprobar que vale la pena. Son cariñosos y agradecidos, pero también orgullosos, pocos conocerán su parte más dulce.
Los nativos de la Luna en Tauro, suelen disfrutar muchísimo más cada momento. Por ello, aman la comida exquisita, una buena pieza de música, una bebida exclusiva. Les encanta sorprender al paladar con novedades. Pero, también ponen manos a la obra para satisfacer a sus seres amados, basta con que decidan entrar a la cocina para deleitar a cualquiera.
En cuestiones del amor, les atrae lo que hipnotiza a su mirada, los envuelve la belleza y la intensidad. Por lo regular, buscan reflejarse en el otro, por lo tanto, terminan con personas bien parecidas, de buen corazón y con un talento creativo que asusta. Los nacidos con la Luna en Tauro atrapan con cada cualidad y jamás se dan por vencidos.
Finalmente, su debilidad por la estabilidad, la calma y la seguridad, es evidente. Es posible que experimenten un montón de cambios emocionales, pero no son suficientes para que tiren la toalla.
Si quieren poner a prueba su nivel competitivo van a tener que tomar su tiempo, porque difícilmente les van a ganar. Su terquedad es parte de su piel, tal vez por eso les cuesta tanto soltar, no es que se aferran al pasado, es que su necesidad de mantener todo en el mismo sitio lo vuelve difícil.