Si has nacido el 15 de agosto, eres un ser valiente, entregado y con una energía vibrante que se roba la atención cada vez que te propones hacer algo. Eres el tipo de persona que se convierte en la inspiración para los de su alrededor. Y la mayoría de las veces ni siquiera lo notas. No te rindes fácilmente y esa es la razón por la que muchos quisieran ser como tú. La vida te ha dado sacudidas tan fuertes en las que pensabas que terminarías con amargura hasta en los poros. Pero ahí es cuando tu parte resiliente demuestra que está preparada para eso y más.
Eres Leo, tienes un lado arrebatado para hacer las cosas, si tienes una oportunidad la tomas y que sea lo que la vida quiera. La verdad es que las consecuencias de tus actos nunca te han asustado. Puedes ser temerario, pero no evades tus responsabilidades. Además, tu parte sociable es la que te ha abierto una y mil puertas. No bajas la guardia, digamos que las relaciones públicas se te dan de forma natural y más cuando se trata de lograr algo que quieres.
Eres directo, no importa lo mucho o poco que duela la verdad, siempre la prefieres por encima de todo. De hecho, esa es la razón por la que te ganas la admiración y la confianza de la gente, te vuelves el mejor oyente, alguien que no va por ahí hablando de todos. Muy por el contrario, respetas la individualidad de todo el que te rodea.
Los nacidos el 15 de agosto, son seres bendecidos, llenos de amor, de liderazgo, son quienes disfrutan cada instante. Para algunos su brillo es demasiado y pueden juzgarlos de exagerados o pretenciosos. Sin embargo, hace tiempo aprendiste a lidiar con personas que no te aportan nada, mismas que no merecen ni un poco de tu atención. Eres sinónimo de autosuficiencia, ni de broma estás esperando que el otro te solucione la vida, al contrario. Dejas claro que eres un ser independiente y con la fortaleza de cumplir todo lo que propones. No tienes la necesidad de comprobarle a nadie en lo que crees, ni de lo que eres capaz. Tu optimismo y tu ambición es suficiente para ir con la frente en alto.
Aunque claro, no eres moneda de oro para caerle bien a todos y hay ciertos rasgos en tu personalidad que resultan bastante negativos para quienes apenas te conocen. En primer lugar tu parte exigente, no te perdonas ni un poco y esa es la razón por la que pones en riesgo tu salud mental, física y emocional. Eso sin contar que tienes un lado inflexible que provoca dolores de cabeza a todo aquél que se atreva a intentar que cambies de opinión en algo. Por otro lado, está tu parte orgullosa, hay cosas que no perdonas sin importar el lazo que tengas con esa persona o el tiempo que pase.
Tu símbolo astrológico es el León, es quien representa la valentía con la que enfrentas el día a día. Es tu lado ambicioso, el que no le teme a los nuevos comienzos. Ahí se guarda toda tu energía, tu poder y tu orgullo. Tu elemento es el fuego, es gracias a él que tienes un lado radiante, el que no se rinde, el que siempre quiere más y el que no le teme a la batalla si es necesario. Si a eso le agregamos que es el Sol quien te gobierna, la cosa se pone aún mejor. Eres sinónimo de luminosidad, cariño, calidez y vanidad. Por su parte, la numerología dice que tus números de la suerte son el 1, 7, 11, 19 y 26.
Si has nacido el 15 de agosto, en el amor eres el amante que se deja llevar sin importar lo que pueda pasar. La verdad es que el compromiso no es algo que te asuste, al contrario, te enamoras de aquellos que no le teman al hogar, a progresar juntos, a brillar en todos los sentidos. Eres quien pinta de colores la vida de su pareja, te gusta apoyar, demostrar que estarás en las buenas y en las malas. Sin duda, no eres de los que se guardan nada, cuando prometes lealtad conviertes a tu pareja en lo más importante y harás lo que esté en sus manos para verla sonreír.
Eres como tu color de la suerte, el naranja, el color que representa la vitalidad, el amor, la compasión y toda esa energía que le pones a la vida. Eres quien rompe con los ideales porque tus propuestas tienen más sabor. Eres Leo, un signo que nació para llenar de luz hasta el último suspiro, no hay más. La vida te ha enseñado a querer bonito y la verdad es que ya no conoces otra forma.