Como todo el mundo, Tauro, tú también tienes tus más y tus menos. Por mucho que intentes ser fuerte y salir adelante, hay veces que no puedes evitar caer en lo negativo. Tauro, reconócelo, tienes tus momentos buenos y tus momentos no tan buenos…
En tu mejor momento, eres una persona súper sensata, súper fuerte y con las ideas muy claras. No dejas que nada ni nadie te dé órdenes ni te diga lo que tienes que hacer. Sabes lo que quieres y vas hasta el final con ello. Eres una persona muy leal con todo el mundo, pero en especial con tus seres queridos. Cada vez que necesitan algo, tú estás allí para ayudarles en lo que sea, para hacer lo que sea por ellos.
Conoces perfectamente el significado de las palabras amistad y lealtad. Lo mejor de ti, Tauro, es que tienes los pies en la tierra y no haces un drama por cualquier tontería. Eres súper coherente y eso es lo que consigue mantener la calma en tu interior y también en el mundo que te rodea. En tu mejor momento eres una persona que no se rinde, que está motivada, que se levanta antes que nadie para tener mucho más tiempo para hacer todo lo que tienes pendientes.
En tu peor momento, te cierras completamente y vives en tu mundo interior. Te da miedo enfrentarte a todo lo que sea nuevo o desconocido. Normalmente sueles ser una persona que mantiene muy bien la calma, pero cuando estás en tu peor momento, esa calma desaparece y te conviertes en una persona súper nerviosa. Incluso empiezas a ver todos los defectos de la gente que te rodea y empiezas a hacer juicios sobre esas personas.
Comienzas también a desconfiar de todo el mundo. En tus días malos, no quieres que nadie intente ayudarte, porque crees que nadie es capaz de hacer las cosas como tú. Prefieres seguir caminando solo y esperar a que la tormenta se acabe para poder continuar con tu vida.