El joven Capricornio puede llegar a ser su peor enemigo. Es aquella persona que se frena a sí misma/o antes de hacer algo. Tiene esa necesidad de ser el mejor en todo y de que todo le salga bien, por eso mismo, cuando no está seguro de algo no lo hará, por el miedo a fracasar. El joven Capri es una persona que le tiene miedo a casi todo, solo porque no quiere fracasar en nada. Prefiere no hacerlo antes que caer en el error. Quiere hacerlo todo perfecto que lo imperfecto le da miedo.
Si está haciendo algo y se da cuenta de que está saliendo mal, rápidamente abandona en vez de pararse a ver que es lo que está yendo mal y arreglarlo. Le da mucha rabia cuando algo no sale bien e incluso llega a pagarlo con quien no debe. Cuando cae en el error no sabe controlarse y se enfada consigo misma/o. Se presiona tanto a si mismo que no se da cuenta de que eso no le está haciendo ningún bien.
El Capricornio maduro ha aprendido a que el éxito no viene solo, que hay que trabajarse las cosas para conseguir lo que de verdad quieres.
Capri ha aprendido a perseguir lo que quiere, a no abandonar a la primera de cambio y a ser persistente. También ha aprendido a perder y se ha dado cuenta de que el error está para aprender y no para frustrarse. Se ha dado cuenta que cuando más ha aprendido ha sido cuando ha fallado. Ahora ya sabe que fracasar no es el fin del mundo.
Capricornio ya no es tan duro contigo mismo porque sabe que siendo así no llegaba a ninguna parte. Ya no le tiene miedo a nada y por muy difícil que sea llegar a la meta, va a llegar sea como sea. Ahora lucha contra viento y marea por sus sueños. Ha conseguido hacer de sus debilidades, sus mayores fortalezas.