No sueles meterte en demasiados problemas Tauro pero cuando lo haces, por norma general es porque aguantas demasiado y estallas justo cuando nadie se lo esperaba. Así eres tú. Sí Tauro, debes tener cuidado con esto, vas acumulando despacito, gotita a gotita y de repente, el día menos pensado estallas como una bomba atómica. El día menos pensado ese vaso que se ha ido llenando, rebosa. Lo peor de esto es que para todo el mundo en ese momento el malo eres tú… Y posiblemente cargues con ese peso durante mucho tiempo porque esos enfados suelen ser siempre muy sonados.
También eres muy sincero pero además, de ese tipo de sinceridad extremadamente aplastante Tauro, de esa sinceridad en la que no hay tacto, en la que las cosas son como son, sin decoración ni anestesia. Eso molesta a muchos, de hecho algunos piensan que no tienes corazón, que incluso estás hecho de hielo, o de piedra… Es verdad que muchas veces también te sientes mal por haber dicho esa verdad dolorosa pero por otro lado entiendes que hay gente que necesita escucharla. Aunque sólo sea para abrirle los ojos.
En vez de meterte en líos por ser mentiroso te metes en líos por ser demasiado honesto. Siempre te ha pasado y es que, no puedes callarte, es superior a tus fuerzas.
Y no, no perdonas, te tachan de ser demasiado testarudo sí, de ser muy terco con lo que piensas, con lo que haces, y que nadie puede hacerte cambiar de opinión. Si por eso te metes en problemas te da exactamente lo mismo. Eres como eres y no va a venir a cambiarte nadie, y mucho menos cuando crees que estás haciendo lo correcto.
No eres falso, luchas por lo que quieres a muerte y dices lo que piensas. Lo único que podrías cambiar sería eso de explotar tan tarde, a veces piensas que si lo hicieras justo en el momento en el que te hacen daño todo sería mucho más fácil. Y menos duradero Tauro.
Intenta hablar antes, expresar antes, comentar antes de explotar, cómo te estás sintiendo. Es importante. Porque aunque parezca que no, también sufres. Y más de lo que quieres aparentar.