Cuando conoces a Tauro, te das cuenta de que es demasiado controlador. Quiere tenerlo todo bajo su control. No aceptaría jamás que algo fuera a salir mal y sobre todo, que haya sido su culpa. Tauro se prepara para el mayor invierno, aunque sepa que jamás va a llegar ese invierno. Por todo esto, también es una persona bastante previsora y algo exigente con el dinero y con sus ahorros. Quiere ahorrar y guardar su dinero por lo que pueda pasar en su futuro. No se da cuenta de que a veces, lo mejor es disfrutar del presente y vivir en el ahora. Le cuesta. Quiere tenerlo todo controlado y siempre se prepara para algo que no sabe si va a llegar o no. Pero por si acaso…
Muchas veces se pasa queriendo controlar todo y quiere abarcar lugares donde no va a poder llegar. Pero el Tauro más joven es así, además es bastante difícil hacerle cambiar de opinión y por eso será mucho mejor dejarle hacer su vida como él/ella quiera.
Cuando Tauro madura usará ese control, pero de una forma más racional. Con el tiempo ha aprendido a no tomarse las cosas tan en serio, a vivir más el presente y a no obsesionarse tanto con el futuro. Ha aprendido a vivir el día a día, eso sí, siendo ella/él quien lleve el control de todo lo posible. Ahora, es un adulto precavido, pero sin pasarse de la raya.
Sabe llevar sus ahorros lo mejor posible pero también sabe darse un capricho cuando más lo necesita. Ha aprendido también que por mucho que quiera hacer las cosa bien y controlarlas, muchas veces no todo sale como quiere y que no es culpa suya. Que hay otros motivos que también influyen y que no todo lo tiene que controlar. A Tauro le cuesta aceptar sus defectos, pero una vez que lo consigue, intenta mejorar y convertir esos defectos en virtudes. Siempre lo consigue, porque si se propone algo, va a acabar consiguiéndolo, sí o ssíi.