La vida pasa tan rápido que es muy poco inteligente, no ser exigente. Tú sabes lo que te hace vibrar el alma, por eso le entregas tu tiempo a las personas que te escuchan, te impulsan y te invitan a seguir soñando. Si no te hacen sentir valorado y deseado, ¿por qué quedarte ahí? Quieres relaciones que te ayuden a alcanzar tu mejor versión, que te abriguen el alma y te recuerden que vale la pena cada segundo. Te encantan las nuevas experiencias, no le temes a los riesgos, pero te gusta analizar minuciosamente lo que te hace bien y lo que te daña. Eres muy realista, pero pasional, eso significa que amas cuando tu corazón se acelera. La incondicionalidad te define a la hora de amar, puede que al principio te cueste, pero una vez que confías la dulzura habla por ti. Estas son las 5 cosas que todos deberíamos aprender de Leo.
1.- Es importante siempre creer en sí mismo
Antes eras el primero en ponerte el pie, criticabas todo lo que hacías y encontrabas el mínimo error para restarle importancia a tu esfuerzo. Sin embargo, te diste cuenta de que si tú no crees en ti nadie más lo hará. Confías en perseguir tus sueños, tienes la determinación para ir escalando hasta llegar a la cima. No importa el tiempo, lo que importan son las ganas de romper los miedos.
Eres el que toma riesgos, el que no huye de los desafíos y el que pone la disciplina por delante. Eso es más que suficiente para tener éxito. Por favor, no dudes de ti, muchos quisieran tener la mitad de tu valentía.
2.- Lo que sale de tu boca tiene poder
¿Por qué esconderse? Ya entendiste que es imposible ganarte la aprobación de todos lo que te rodean y ese no es tu objetivo. Por ello, dices lo que piensas y lo que sientes, no temes a la hora de expresarte. Eres creativo, entusiasta y brillas muchísimo, ¿por qué es malo compartir ese brillo? Si los demás hablan mal es su problema. Tú inspiras, tú vibras, tú contagias. Tu palabra es tan poderosa que sería un desperdicio que te calles sólo para darle gusto a gente que no conoce ni la mitad de tu corazón.
3.- Tu calidez no se consigue en cualquier esquina
La gente que no te conoce es la que dice que eres presumido y que sólo estás enfocado en ser mejor que el resto. Pero los que sí se han ganado tu corazón saben que honras la generosidad. De verdad, no lo piensas cuando se trata de compartir lo que tienes con los demás y no sólo lo material, tu espíritu vale más que cualquier cosa. Eres amable, compasivo, siempre estás dispuesto a tomar de la mano a los que amas. Cada vez que das un poquito o mucho de lo que tienes, te sientes en paz contigo mismo y ahí es cuando todo vale la pena.
4.- Vivir sin pasión no es vida
Qué más da si te llaman loco, si te entran ganas de bailar a mitad de la noche, si quieres comerte ese postre cuando no debes, si se te antoja cantar como si nadie te estuviera escuchando. Qué más da, la vida es un ratito y hay que disfrutarla porque en cualquier momento puede llegar el punto final. Eres apasionado, te encanta luchar por lo que quieres y eres adicto a vivir experiencias significativas y poco comunes. Eso es lo que te vas a llevar, es lo que quieres recordar el último de tus días.
5.- En la adversidad siempre aparece la luz
Es muy probable que si te tomas el tiempo de contar tu historia algunos lloren, pues no aparentas el dolor que has vivido. La razón es simple, decidiste darle vuelta a la página y ver la vida con determinación y valentía. Es imposible ignorar las adversidades, llegan como huracanes y te sacuden hasta secarte las lágrimas. Pero tienes el poder de resistir, de superar y de transformar. La adversidad es tu mejor maestra y la aprecias.