Sé que pocas veces te detienes a pensarlo, pero tienes tantas agallas para afrontar lo cruel de la vida, que parece que eres un alma vieja, de esas que se pueden romper en mil pedazos y al siguiente día se levantan con una sonrisa. Eres Acuario, un signo innovador, visionario, original, el que ve el mundo con ojos diferentes y ya no se detiene a explicar nada, no tienes que convencer a los demás. Mientras tú creas en ti y no sueltes tus convicciones, el resto que haga lo que le dé la gana. Tú sigue tu propio camino, cae, levántate, ríe, llora, grita, rompe las reglas, haz lo que tengas que hacer, pero sigue luchando. Acuario tu defecto y tu virtud, descúbrelo aquí.

Tu defecto:

Para ti la vida se trata de instantes, de no dejar pasar las salidas con amigos, los besos con las parejas, las conversaciones profundas, las experiencias locas y también los errores. Dejas que todo fluya y eso es lo que te distingue de los demás. Sin embargo, tu mayor defecto es la falta de compromiso. 

Estás tan aferrado a vivir a tu antojo que te olvidas de los lazos importantes. Tú sabes que hay veces que has sido muy grosero e indiferente con personas que lo único que han hecho es tratarte bien. Acuario, también es bonito echar raíces, construir relaciones duraderas, tener trabajos estables, también se vale. 

Por favor, no dejes que tu deseo de ser diferente te lleve al sitio equivocado. Ese en el que andas por todos lados fingiendo una sonrisa, pero por dentro estás solo. 

Tu virtud:

Deja que tu parte sensible también fluya, que tu mayor virtud se apodere de tus acciones. Es decir, tu lado humanitario. Tú sabes que detrás de tu rebeldía se esconde un signo que lucha por la igualdad y los derechos humanos. Tu empatía es grande y haces lo que puedes para ayudar. 

Deja que tu corazón noble tome las riendas, que te guíe para hacer cambios y aportar lo que te toca en este mundo. Invierte tu tiempo, tu esfuerzo y tu amor en cosas que te hacen sentir bien. Además, es una buena oportunidad para conocer personas que piensan igual tú. 

Y tú, ¿abrazas tus defectos y virtudes?