¡Feliz año nuevo! Este no es un año cualquiera, 2024 es un año bisiesto. Cada cuatro años la realidad se estira a 366 días en lugar de los convencionales 365, regalándonos un día más en febrero. En honor a esta singularidad temporal, veremos los mitos en torno al año bisiesto y desvelaremos el misterioso origen que lo hace tan especial. Seguro que has escuchado en algún momento la frase ‘año bisiesto, año siniestro’. ¿Es verdad este mito? Descúbrelo aquí…
¿Cuál es el origen del año bisiesto?
La introducción del año bisiesto se remonta al calendario juliano, implementado en el año 45 a.C. por el emperador romano Julio César. En ese momento, se reconocía que el año solar tenía una duración de aproximadamente 365.25 días. Para ajustarse a esta realidad astronómica, se instituyó la práctica de añadir un día adicional al calendario cada cuatro años.
Este ajuste tenía la intención de corregir la discrepancia entre el calendario y el año solar. Sin embargo, el método exacto de implementación no fue tan preciso inicialmente, lo que llevó a una acumulación gradual de desajustes temporales.
En el siglo XVI, el Papa Gregorio XIII introdujo el calendario gregoriano como una reforma al calendario juliano. Este nuevo sistema refinó la regla del año bisiesto para restablecer la sincronización entre el calendario y las estaciones del año.
La implementación del calendario gregoriano permitió una mayor precisión en el seguimiento de los eventos astronómicos, y es el calendario utilizado en la mayoría del mundo actualmente.
Mitos alrededor de los años bisiestos
Los años bisiestos han acumulado a lo largo del tiempo una serie de mitos y supersticiones que llenan de escalofríos o esperanzas a los creyentes.
Se dice que en años bisiestos, especialmente en febrero, las mujeres podían proponer matrimonio a los hombres. Este mito tiene sus raíces en antiguas tradiciones europeas. Según la leyenda, en el siglo V, Santa Brígida de Irlanda habría instaurado esta costumbre para corregir desequilibrios de género en el cortejo. Otro posible origen de este mito se remonta a la reina soltera Margarita de Escocia quien introdujo una ley en 1288 que permitía a las mujeres proponer matrimonio durante un año bisiesto, pero penalizaba a cualquier hombre que las rechazara.
Sin embargo, en otras culturas se considera que el 29 de febrero trae mala suerte. En la cultura griega, se cree que cualquier matrimonio en un año bisiesto terminará en divorcio. Si planeas caminar hacia el altar, es mejor que esperes al 2025.
En Renania, Alemania, se sigue una tradición en la que los jóvenes atan cintas al abedul en la puerta de la persona que les gusta el 30 de abril. Esta práctica se extiende a las mujeres solo en los años bisiestos. Además, durante esos años, solo las mujeres bailan alrededor del mayo; en años normales, tanto hombres como mujeres participan en el baile.
Los años bisiestos también han sido señalados como años del desastre, años que están marcados por eventos desafortunados o catastróficos. En la antigua Roma, por ejemplo, el año bisiesto era considerado como un período de mala suerte, y muchas personas evitaban realizar eventos importantes durante ese tiempo.
¿Has escuchado el mito de la triple muerte? Se decía que las celebridades que fallecían en un año bisiesto estaban destinadas a una especie de «triple muerte», sugiriendo que sus almas enfrentarían dificultades adicionales en el más allá. Este mito ha perdurado a lo largo de los años, y algunos consideran que ciertos años bisiestos son más propensos a la pérdida de figuras famosas.
Años bisiestos a lo largo de la historia
La idea de que algo negativo va a pasar viene de que en años anteriores han pasado eventos malos. Una interpretación adicional podría vincularse a la antigua creencia romana que asociaba el mes de febrero con el reino de los muertos, dando origen al conocido dicho: «año bisiesto, año siniestro”.
Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial, en el año bisiesto 1940, la Alemania nazi comenzó la invasión de Francia, lo que llevó a una serie de eventos trágicos y a un período oscuro en la historia europea.
El 5 de diciembre de 1952, Londres vivió una tragedia ambiental conocida como la Gran Niebla de Londres. La combinación de la contaminación del aire y las condiciones climáticas resultó en la muerte de miles de personas.
El 27 de julio de 1976, un terremoto devastador azotó la ciudad china de Tangshan, cobrando la vida de decenas de miles de personas y causando una de las peores tragedias sísmicas del siglo XX.
El 21 de diciembre de 1988, el vuelo 103 de Pan Am explotó sobre Lockerbie, Escocia, como resultado de un atentado terrorista. La tragedia resultó en la pérdida de todas las vidas a bordo y varias víctimas en tierra.
A pesar de que la aparición del Coronavirus se remonta a finales de 2019, su propagación a nivel global ocurrió en 2020, un año notablemente bisiesto.
Otra mirada alrededor de los años bisiestos
A pesar de algunos eventos históricos que no hablan bien de los años bisiestos, lo cierto es que no solo cumplen una función esencial en el ajuste de nuestro calendario, sino que también ofrecen oportunidades para crear momentos especiales. Y el 2024 no será la excepción.
Algunas personas eligen ver los años bisiestos como períodos de renovación y oportunidades para emprender nuevos proyectos, establecer metas y desafiarse a sí mismos. Como ya vimos, los años bisiestos pueden ser la oportunidad para hacer cosas que no haríamos de otro modo, como la posibilidad de que las mujeres propongan matrimonio en ciertas regiones.
Desde el punto de vista matemático, la estructura del calendario bisiesto agrega un elemento intrigante y fascinante a la manera en que medimos y organizamos el tiempo. Por eso, envueltos en la incertidumbre, los años bisiestos son portales intrigantes que nos regalan un día más para creer que todo es posible. Depende totalmente de tu perspectiva y de los planes que tengas para este año.