El joven Virgo es esa persona que tiene la gran necesidad de arreglar cualquier cosa que vaya mal a su alrededor. Le pone muy nervioso/a ver que algo está saliendo mal y acude inmediatamente a arreglarlo. Virgo es aquella persona que odia dejar las cosas sin terminar y hasta que no lo deja todo perfecto no para. Y esto hace que mucha gente se aproveche de esto. Si tienen que hacer algo y un Virgo anda cerca, le dejan que sea Virgo el que lo termine, porque sabe que nunca dejará nada a medias.
A Virgo le gusta tener todo bajo control y si ve que algo se le escapa de las manos, se pone muy nervioso porque cree que no va a ser capaz de conseguir lo que quiere.
Es una persona firme, que no pasa nada por alto y que todo tiene que ser cómo él/ella quiere. Parece que no, pero le gusta tener autoridad sobre los demás, sobre todo cuando algo no sale como desea.
El Virgo maduro ha aprendido a no hacer el trabajo de los demás, aunque luego el resultado le influya también. Virgo ata sus cabos y los de la gente que le verdad importa. Se ha dado cuenta que no merece la pena hacer el trabajo para que luego no lo valoren. Virgo ha aprendido a valorarse mejor que nadie y a saber todo el poder que puede llegar a tener. Ahora se encarga de sus tareas y las de nadie más. Bastante tiene con lo suyo como para ponerse a hacer el trabajo de otros. Aún así, sigue siendo una persona bastante perfeccionista consigo misma/o, pero no se frustra si algo no sale bien.
Virgo ha aprendido que los errores también te dan buenas lecciones y que no pasa nada si algo sale mal. Virgo, poco a poco, está consiguiendo que todos sus defectos se conviertan en virtudes, gracias a su trabajo y a su capacidad para mejorar y aprender.