¿Alguna vez te has puesto a pensar por qué envidias a Capricornio? Pues si quieres saberlo sigue leyendo y confirma. Seguramente sea por esa forma de ser tan particular que tiene y ese poder de controlar sistemáticamente cualquier cosa. Lo que envidias de alguien como Capri es su poder de voluntad y lo puntilloso que puede llegar a ser. Cualquiera quisiera tener sus capacidades tanto a nivel laboral como profesional.
Lo envidias porque en el fondo sabes que es una persona realista, irremplazable y que sabe en todo momento hacia dónde se dirige. No puedes tolerar que Capricornio sea el propio constructor de su destino. Ya quisieras tener una personalidad que tenga ese orden y disciplina. Este signo de tierra es la clara representación de que con esfuerzo y constancia todos los sueños pueden realizarse.
Para Capricornio no hay nada imposible y el cielo es el límite. También lo envidias porque no logras comprender esas vibras tan contradictorias que muchas veces tiene. Por momentos puede ser la persona más fría y distante de todas, y luego hasta la más divertida y extrovertida del lugar.
¿Quieres saber por qué más envidias a Capricornio? Porque no puedes entender como alguien puede ser tan persistente y jamás perder el foco de sus objetivos. Sus energías sólo se invierten en temas de su interés y jamás perderá el tiempo en banalidades y cosas sin sentido.
Reconoce que envidias a Cap por sus talentos y habilidades innatas, pues este signo es muy estudioso y creativo. Te encantaría poseer esa firmeza y estabilidad emocional ¿no es cierto? A una persona de este signo jamás la verás exponer sus más profundos sentimientos. Es alguien selectivo y sumamente racional que pocas veces verás conmovido.
No tolerarás su fanatismo ni nivel de exigencia en cada ámbito de su vida y querrás imitar su accionar, que siempre le dará éxito en todo lo que emprenda. Sabes muy bien que envidias a Capricornio porque lo que se propone, lo cumple y además porque tiene un brillante futuro asegurado.
La clave de este signo sin dudas es la paciencia y la seguridad de saber con certeza que es él mismo quien dicta sus propias reglas. Y al que no le guste, que se haga a un lado.