Si has nacido el 30 de noviembre, sabes que la única prisión está en tu mente y por ello no vas a permitir que tus pensamientos definan quién eres. Hay veces en las que tienes que luchar contigo mismo para demostrar que eres capaz de lograr todo lo que te propongas. Sabes que no eres perfecto, pero no es algo que te preocupe, porque tu objetivo es cometer los errores que sean necesarios para evitar volver a caer en lo mismo. La vida te ha enseñado que tiene días buenos, malos y otros en los que lo único que quieres es no ver a nadie y dejar de existir por un lapso hasta volver a tomar las riendas.
Eres Sagitario, eso explica por qué siempre encuentras un remedio a todo y en caso de que no lo exista no te agobias. Prefieres ver a la vida como un sube y baja, no engancharte te ha llevado a encontrar la paz que te ayuda a avanzar. A veces, sólo se trata de no tomarse las cosas tan en serio para recuperar la felicidad. Tu personalidad tan amable es la llave para abrirte todas las puertas, siempre dispuesto a curiosear y no criticar a los demás. Además, en cuanto al ánimo encuentras un punto medio, sabes que no es posible tener una sonrisa todo el tiempo, pero al menos no permites que la tristeza te hunda. Eres complicado para algunos, pero otros valoran tu forma tan relajada de ser. Sinceramente, no estás aquí para darle gusto a nadie. La vida ya es difícil como para todavía estresarse por complacer al de al lado. Lo único que quieres es sentir que estás en un hogar, tener amistades sinceras, divertirte, valorar cada momento y agradecer por un día más. No eres de los que necesitan un montón de cosas materiales, cuando llegan a tu vida las recibes, pero no dependes de ello.
Los nacidos el 30 de noviembre, tienen un corazón muy dulce, hay tanta sensibilidad en sus palabras, que saben cómo acercarse al otro sin hacer que se sienta intimidado. Te gusta ir por la vida con cara de despreocupación, sabes que así las cosas duelen menos. Aunque hay veces en las que sólo necesitas un abrazo, alguien que te recuerde que todo va a estar bien y que sólo se trata de un mal rato. No siempre eres lo que muestra tu fachada, también necesitas de otros, pero te cuesta admitirlo porque en tus peores momentos has estado solo. Eso de pedir ayuda no está en tu chip, porque detestas que la gente te vea vulnerable, sabes que hay quienes sólo se acercan a ti para hacerte daño y no piensas ser tú mismo quien les dé armas para romperte. Eso sí, eres muy selectivo, una cosa es que tengas sonrisas para todos y otra muy distinta es que vayas a compartir tus secretos con cualquiera. Cuentas con los dedos de una mano a aquellas personas que realmente consideras amigas.
Por supuesto, no te atreverías a definirte como una persona perfecta, sabes que tienes rasgos que pueden considerarse sumamente negativos y que muchas veces has lastimado a gente que sólo quería hacerte bien. Digamos que no siempre eres generoso, extrovertido y amigable. Cuando alguien te encuentra en tus momentos de amargura, conoce al Sagitario sin tacto, el que puede llegar a decir comentarios muy tontos e hirientes. Un Sagitario inquieto, ansioso y con ganas de que las cosas se cumplan tal y como le pasaron por la mente. En esos casos tu mayor reto es empatizar con la gente, incluso con aquella que no encuentras ninguna similitud.
Tu símbolo astrológico es el arquero, es tu parte enérgica, valiente, la que tiene la suficiente ambición para trabajar muy duro y ver cómo se hacen realidad sus sueños. Tu elemento es el fuego, de ahí viene tu carácter fuerte, el que se adapta a cualquier situación que le presente la vida y también aumenta tu lado ingenioso. Tu planeta regente es Júpiter, es quien simboliza tu lado pasional, amoroso, intenso, el que busca crecer en todos los sentidos. Por su parte, la numerología dice que tus números de la suerte son el 7, 8, 13, 19 y 22.
Si has nacido el 30 de noviembre, eres el tipo de amante que se entrega desde lo vulnerable, cuando te sientes en confianza permites que tu sensibilidad y romanticismo hagan de las suyas. No te conformas con esos vínculos banales, quieres algo más, una conexión espiritual, mental y física. Hasta para amar rompes con lo convencional. Te gusta abrir tu corazón, que tu pareja te cuente sus sueños y tú pongas sobre la mesa los tuyos. Quieres una relación en la que puedan construir algo a futuro, pero que ninguno de los dos pierda su esencia.
Eres como tu color de la suerte, el púrpura, uno de los más hermosos que encontramos en la naturaleza. El que describe a las almas pretenciosas, exitosas y atrevidas. De aquellos que tienen la fortaleza para desaprender y mejorar su vida. Es de los inteligentes que confían en su intuición.